Lo oigo maldecir en voz baja. “¿Qué recuerda tu loba de ser una Guardiana?”.
“¿Maia?”.
'Solo que soy una Guardiana y eso me hace poderosa’.
“Ella sabe que somos una Guardiana y que somos fuertes”.
“¿Pero no sabe cómo acceder a su fuerza? ¿No recuerda nada de su pasado?”.
“No. Nada”.
“Bueno, Grace, escucha. No sé si podremos sacarte de ahí sin luchar. Si llega el momento, tienes que estar preparada para huir y posiblemente luchar. Incluso si tienes que dejar a Eli. Podemos volver a por él, pero es a ti a quien quieren. Y si no estás dispuesta a que te marque, entonces tendrás que huir. Dirígete al este. Escucha a Eli, es bueno evadiendo, pero si llega el momento, corre. Y si tienes que luchar, no lo dudes. Maia debe recuperar sus recuerdos si llegas a una posición de tener que luchar”.
“De acuerdo”, respondo, sabiendo que no puedo dejar a Eli. Maia ya me ha dicho que somos su Guardiana y estamos apareadas a él, así que dejarlo no es una opción. Le devuelvo el teléfono a Eli.
M