Giro la cabeza hacia ella. ¿Huelo tan mal como para que una humana pueda olerme? Pero entonces lo veo: la marca de Dustin en su cuello.
“Felicidades”, digo, pero nada de cómo lo digo suena a celebración.
“Gracias. Ahora ve. Sabes lo que ella significa para mí. No la dejaré”, me dice. Suspiro y acepto.
Vuelvo corriendo a la casa de la manada, con la intención de ducharme rápidamente, cambiarme y volver con Angela. Después de ducharme, me encuentro con Dustin.
“Alfa, estoy trabajando en la lista de bajas y en la de heridos”. Se detiene, sin hacer contacto visual.
“Ya sé lo de Clint”, le digo, pensando que es a él a quien se refiere.
Asiente con la cabeza. “También perdimos a Jackson”, dice en voz baja.
Me detengo. Jackson, mi Gamma. Estaba a cargo de los guerreros que protegían la casa de la manada.
“¿Qué pasó?”.
“Unos vampiros entraron y estaban irrumpiendo en el refugio. Él saltó e intentó luchar contra ellos, pero lo mataron antes de que pudiera matarlos a todos. Acabaron de