―Papá, no sé qué hacer ―le reclamó Ángela a su padre un día cuando volvió del trabajo.
―¿Qué pasa, hija?
―Eso, que no sé qué hacer, estoy perdida en la vida.
―A ver, mi amor, siéntate y explícame porque no estoy entendiendo nada de lo que me dices. ¿Quieres un café?
―Ya.
Ángela se sentó en el sofá y esperó a que su padre le llevara la taza y se sentara junto a ella.
―Ya, mi niña, ¿qué pasa?
―Han pasado más de cinco meses desde que todo está normal, pero yo no logro decidir qué quiero hacer con mi vida, estoy estudiando inglés y me va bien, también me están enseñando etiqueta para presentarme en lugares públicos, pero no sé qué más voy a hacer, se me está pasando el tiempo y no sé