HENRICO ZATTANI
Deslizo mis dedos a lo largo de la suave piel de su espalda, consciente de cada vello que se levanta en su cuerpo.
— ¿Te gusta eso? — Adopto un tono sensual para provocarte y morderte el lóbulo de la oreja, lamiendo justo después.
— Hmm... — Gime y yo me río, aprovechando para dejarlo para bajar con mis dientes a su hombro y morderlo.
—