Capítulo 30 —Sin ironía
Narrador:
La mañana empezó más tranquila que la anterior. El sol filtraba su luz cálida por las cortinas del comedor, y el aroma del café se mezclaba con el de las tostadas recién hechas. Desirée estaba sentada frente a la mesa, vestida con un conjunto sobrio, lista para ir a la Fundación. Margot revolvía su taza con una cucharita mientras revisaba el celular, aún en pijama.
—Hoy no voy a poder acompañarte —dijo de pronto, sin levantar la vista —Me llamaron anoche del estudio. Uno de los fiscales tuvo un imprevisto, y quieren que yo le escriba el cierre el alegato en ese caso grande que llevábamos. ¿Recuerdas? El de fraude corporativo.
Desirée asintió, tranquila.
—No te preocupes. Entiendo.
Margot la miró de reojo, con media sonrisa.
—¿Segura que vas a estar bien sola?
—Estoy bien —respondió Desirée, ajustándose el reloj —Dormí algo, al menos. Y después de lo de ayer, dudo que Cédric me busque para otra emboscada.
—No me refería solo a eso —murmuró Margot, con