Pequeños gemidos salen de los sensuales labios de Victoria, pero en ese momento ella le invita a la pista de baile para bailar muy pegados. Victoria no deja de besar a Miguel Ángel, él en cambio comienza a besarle el cuello, las orejas y cerca de los pechos.
Después de bailar, regresan a la mesa para tomar las últimas copas de whisky, ya que los dos están mareados.
—Salgamos de aquí. —Le susurra Victoria.
—Vamos donde tú quieras. —Él le responde.
—Al hotel, mi adonis, al hotel. Ella le sigue susurrando al oído.
—De acuerdo, mi bella diosa Venus. —Le dice.
Miguel Ángel está al volante, Victoria se agacha para sacarle el pantalón y empieza a estimularlo con sus delicadas manos. Ella lo lame por completo y él disfruta de aquel momento al sentir una sensación muy placentera.
— ¿Te gusta cómo lo hago, mi amor? —Victoria se lame seductoramente los labios.
—Me vuelven loco tus lamidos. —Migue está tan excitado que apenas puede articular unas pocas palabras.
—Esto solo es el comienzo de lo q