— Escucha Hugo, lamento en ser un completo imbécil a veces, se que puedo ser mala persona pero es parte de mi estilo.
— No te preocupes por eso— comento al respecto.— a veces solía hacer eso cuando era niño, además eso nos define como personas.
— Tú si lo entiendes.— comenta Jonathan y me abraza la espalda.— es pero ese ricachón esté ahí arriba.
— Lo estará, conozco muy bien a ese jodido imbécil. Hasta se sus trucos y sus secretos.
— Ojalá supiera la historia exacta de lo que te a contado de él.
— Será muy pronto, pero ahora concentrémonos en esto.
— Tienes razón, vamos.
Al final las puertas se abren y lo que había en el pasillo de todas las habitaciones es algo nunca antes visto. Había muchos cuerpos de los residentes ensangrentados y llenos de muchas balas por todas partes.
Todo estaba cubierto de mucha sangre roja. Pero casi no se notaba por la enorme alfombra roja. Las paredes y el techo tapizado de flores lucían con mucha