Tenemos que hacer algo.
★Jenny.
Montserrat me citó en casa de mis padres para hablar al fin, Dylan no me deja ir a ningún lado sola y menos ahora que mi parto ya está cerca, así que siempre ando acompañada de él o de los guardias que me puso, es un poco molesto, pero entiendo que es lo mejor debido a que no me siento segura, especialmente después de lo que me contó.
El señor Marco está muy callado y no he sabido nada de la señora Abigail, no es que no la haya buscado.
Cuando llegué a casa de mis padres, ellos me recibieron con ánimo y me acompañaron a la sala, donde encontré a Montserrat leyendo libros de maternidad.
"Hola", la saludé.
Ella dirigió su mirada hacia mí y sonrió.
"Hola Jenny, estoy muy emocionada, mira cómo se nota más mi embarazo", sonrió con los ojos brillantes de emoción.
"Sí, tu vientre está más redondo", comenté acercándome y poniendo mi mano sobre su vientre. Mi bebé se movió cuando toqué su vientre y ambas sonreímos.
"Imagina que mi bebé sea un niño, y que tu bebé y el mío sean pareja de