Ambos nos dirigimos a la ubicación en la cual Marco había estipulado que entregaríamos a Montserrat.Llegamos a un antiguo almacén abandonado, donde Marco había establecido su guarida. Nos adentramos con cautela y dispuestos a enfrentar cualquier peligro que se presentara.Al entrar, encontramos a mi madre atada y amordazada, su rostro reflejaba el miedo y la angustia. Mi corazón se desgarró al verla en ese estado, pero me mantuve firme y me acerqué a ella para liberarla.En ese momento, Marco apareció detrás de nosotros con una sonrisa malévola en su rostro.No había rastros de Hanna ni de mi hija."Vaya, vaya, parece que tenemos invitados sorpresa", dijo burlonamente."¿Dónde está Hanna?", preguntó Max.Scott salió de las sombras y se acercó a Montserrat, Max la sujetó fuerte."Si quieres ver a tu mujer y a tus hijos con vida, entrega a tu hermana", Marco continuó amenazando y burlándose de nosotros.Montserrat se soltó de Max y él solo se le quedó mirando con pesar. Scott se acercó
★Dylan.Pasaron largos minutos antes de que Max volviera, su rostro mostraba preocupación y frustración. No había encontrado a nadie, pero el lugar estaba fuertemente custodiado por hombres armados. La situación parecía más peligrosa de lo que habíamos imaginado.Nos infiltramos sigilosamente, evitando ser descubiertos. Utilizamos tácticas de distracción para dividir a los guardias y reducir su número. A medida que avanzábamos, creció la esperanza.★Scott.No tengo idea de por qué dejé ir a Jenny, si Marco se entera jamás podré descubrir dónde está Hanna.¿Montserrat está embarazada?Después de unos minutos vi a Marco entrar."Ven conmigo", pidió y lo seguí.Entramos a una habitación oscura, que solo estaba iluminada con un faro rojo.Estaba en un compartimento secreto de la casa, jamás hubiera imaginado su existencia.Mi vista se perdió en Hanna, que estaba amarrada a una silla. Ella se sorprendió al verme y su expresión de molestia fue muy palpable.Encendió otra luz y pude distingu
Hanna no dejaba de gritar hacia el acantilado, su deseo de encontrar a Max era inmenso pero al mismo tiempo la alejé de ese lugar. No podía permitir que mi hermana estuviera en peligro.Las autoridades se prepararon con equipos y herramientas de rescate para bajar hasta donde Marco y Max habían caído.Jenny se acercó a mí y preguntó: "¿Qué pasó con la señora Abigail?" Mientras miraba el cuerpo sin vida de esa mujer, luego añadió: "Y Max, ¿dónde está?" volviendo su mirada hacia Hanna que no paraba de llorar.Hanna se sentó en el suelo inmutable y creo que eso fue suficiente para que Jenny comprendiera que Max había caído por el acantilado. Jenny caminó hacia ella, se arrodilló y la abrazó.Un oficial se acercó y expresó su deseo de tomar nuestra declaración. Durante el camino hacia aquí, me aseguré de difundir en todos lados las actividades ilegales de la familia de Marco. No sabía si ya habían tomado medidas al respecto, así que no estaba seguro si podía confiar en los policías, consi
★Dylan.Al trasladar a Max al hospital, Hanna no se separó de él. Max se encontraba en coma debido a las heridas sufridas durante su caída, por lo que estaba sedado para permitir que su cuerpo pudiera desinflamarse.Jenny estaba tranquila mientras su madre se recuperaba. Mi madre ya había sido dada de alta y se dedicaba a cuidar de todos nosotros, preparando deliciosas comidas para todos.Con el paso de los días, el padre de Jenny y Montserrat fueron dados de alta. Montserrat continuaba con sus consultas con la psicóloga.★Montserrat:Aún no puedo creer todo lo que ha sucedido, la desaparición de mi padre. Quiero pensar que está muerto, pero las autoridades me informaron que detendrían la búsqueda, ya que no lo han encontrado. Las cosas están muy calmadas.Extraño a mi madre. Pude haberla ayudado a superar lo que le pasó, todos los años de dolor a su lado, pero ella escogió el camino fácil. No había acudido al hospital a ver a Scott, quien salió bien de la operación. Sin embargo, al i
Estoy soñando despierta con todo lo que dejé atrás y pensando en ello. Recuerdo los detalles vívidamente, como si aún estuviera allí.Aunque fue hace un tiempo, todavía recuerdo claramente ese día:El sol brillaba intensamente en el cielo azul, y el aire estaba lleno de anticipación y emoción.El recuerdo todavía me hace sentir mal y también me hace sentir perdida y sin rumbo. Las emociones se agolpan en mi pecho, mezcladas con un ligero sentimiento de arrepentimiento.★Flash back★Después de cuatro años, nos reunimos todos para celebrar la graduación universitaria cuando finalmente terminamos el curso y nos liberaron de las tareas, la lectura y la investigación. La sensación de libertad era palpable en el aire mientras nos dirigíamos al club nocturno elegido para la gran celebración.Mis amigos y yo, incluidos mi mejor amiga Madeline y Stuart, el chico más atractivo con el que había salido en mi vida, decidimos ir allí. Las luces de neón parpadeaban en la entrada, y la música retumb
Al despertar al día siguiente, me percaté de que estaba completamente desnuda, salvo por una chaqueta de cuero negra que estaba tirada sobre mí, su textura áspera contrastaba con la suavidad de mi piel expuesta al aire frío de la mañana.Me dolía todo el cuerpo, incluso entre las piernas, y me costaba respirar, como si cada inhalación arrastrara consigo un peso invisible que oprimía mi pecho.Cada bocanada de aire me quemaba los pulmones, como si estuviera inhalando ácido, mientras el amargo sabor del miedo persistía en mi boca.Me sentí miserable, acurrucada bajo la protección solitaria de la chaqueta del hombre desconocido, una frágil barrera entre mi vulnerabilidad y el mundo exterior.Solo con la chaqueta cubriendo mi cuerpo, empecé a caminar, dejando atrás el lugar donde había sido víctima de la brutalidad de la noche anterior, mis pasos inciertos reflejaban mi confusión y desesperación.No quería detenerme; en cambio, quería desaparecer, como si pudiera fundirme con el suelo bajo
Mi respiración se volvió realmente irregular, como si cada inhalación fuera un esfuerzo sobrehumano. Cada vez que intentaba llenar mis pulmones, el aire parecía escaparse de mis manos, dejándome atrapada en un ciclo de asfixia constante.Llevé mi mano temblorosa a mi pecho, tratando de contener los latidos desbocados de mi corazón. Palpité mi pecho, buscando alguna señal de calma en ese frenesí descontrolado, pero solo encontré caos y desesperación.—Señorita —mencionó el hombre, su voz resonando en el aire cargado de tensión mientras observaba mi lucha por mantenerme en pie.Mi mente gritaba en silencio, advirtiéndome que no permitiera que se acercara, pero mis labios se negaban a pronunciar esa advertencia. Mi garganta estaba cerrada por el miedo, dejándome sin voz, sin capacidad para defenderme.—No, por favor, aléjese, no me haga daño —murmuré con un hilo de voz cuando finalmente logré que las palabras abandonaran mi boca, aunque apenas fueran audibles. Pero él continuó avanzando h
Después de su partida, me quedé inmóvil, observando la alfombra empapada por el agua que esa mujer atolondrada había derramado, mientras el reflejo de las luces del techo se deslizaba sobre las manchas mojadas, creando un juego de sombras inquietantes.Con un suspiro, alcé el teléfono de mi escritorio y llamé a mí secretaria, solicitándole urgentemente que enviara a alguien para que se encargara de limpiar esa m*****a alfombra, mientras el eco de mis palabras resonaba en la habitación, mezclándose con el zumbido distante de la ciudad afuera.Mi mente estaba abarrotada de trabajo: nuevos inversores, clientes potenciales y antiguos interesados en unirse a la compañía, cada pensamiento una nota discordante en el sinfonía caótica de mis responsabilidades empresariales, mientras luchaba por mantener la compostura en medio del vendaval de exigencias.Detestaba la mediocridad, una aversión heredada de mi padre, un individuo despreciable que jamás mostró compasión por sus empleados, cuyo legad