Observando la expresión amarga de Tara, Sylvia añadió, “Tara Avery, has hecho tantas cosas y aun así Odell sigue negándose a divorciarse de mí. Aunque tú no estés disgustada, yo lo estoy por ti”.
La falsa sonrisa de Tara desapareció al instante. Lanzó una mirada venenosa a Sylvia y le espetó, “Odell solo piensa en ti como un pasatiempo. Cuando se aburra de ti, se divorciará y hará de tu vida un infierno”.
“Tienes razón”. Sylvia rió ligeramente. “Pero ahora no está dispuesto a divorciarse de mí, así que no estará contigo oficialmente”.
“¡Eres... una z*rra!”, Tara temblaba de rabia.
Lo único que quería era darle una paliza a Sylvia, pero había guardaespaldas por todas partes, así que solo podía resistirse a sus impulsos violentos.
Sylvia se rio. “Tara, si de verdad eres tan capaz, será mejor que convenzas pronto a Odell para que se divorcie de mí. De lo contrario”, Sylvia hizo una pausa, con una sonrisa fría en el rostro, antes de continuar, “mientras siga viva, mientras pueda