Tras dejar el collar, Odell subió por las escaleras.
La sala de estar volvió a quedar en silencio durante un momento.
"Mami, ¿qué hiciste con Malito anoche?", preguntó Isabel con su adorable voz mientras levantaba su carita regordeta.
Sus grandes ojos eran redondos y brillantes de curiosidad.
Al igual que ella, Liam miró a su madre con grandes ojos inocentes.
Sylvia se sonrojó. Con voz ronca, lo único que pudo decir fue: "No hicimos nada. Es sólo que anoche ocurrió algo inesperado".
"Oh..." Isabel apretó sus pequeños labios.
Justo cuando Sylvia estaba a punto de respirar aliviada, Liam preguntó: "Mamá, papá y tú tuvieron algún problema?".
Sylvia fabricó nerviosamente una excusa en su mente y dijo: "Mami asistió anoche a una cena y se encontró con él. Luego, una de mis amigas se emborrachó, así que enviamos a mi amiga al hospital".
Isabel hizo un mohín. "Con razón no viniste a jugar con nosotros".
Liam tampoco hizo más preguntas.
Sylvia finalmente respiró aliviada.