El mayordomo se sintió ligeramente sorprendido por esto y se marchó.
La expresión de los rostros de Liam e Isabel cambió y trataron de salir corriendo de la habitación.
Odell llegó a la puerta antes que ellos. Salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí.
Los dos niños golpearon la puerta desesperadamente.
“¡Idiota apestoso, déjanos salir!”.
“Te arrepentirás si no nos dejas salir”.
No obstante, Odell los ignoró y se dirigió al salón. Una vez allí, se sentó en el sofá.
Sylvia no tardó en entrar con una bolsa en la mano.
Al ver a Odell solo en el salón, entendió la situación y preguntó: “Amo Carter, ¿por qué está solo? ¿Dónde está la señora Carter?”.
Odell la examinó.
Llevaba un vestido blanco con una banda alrededor de la cintura y tenía el pelo elegantemente recogido sobre los hombros.
A pesar de haber dado a luz a dos hijos, seguía manteniendo una figura esbelta. Su piel era clara y suave, y sus rasgos eran tan juveniles y afilados como cuando era una chi