Caprice se encontró en un estado de desconcertante incredulidad cuando Liam, con su habitual comportamiento frío y sereno, la levantó y la cargó a través del puente, sacándolos del salón de eventos.
Pasaron junto a Heather, que estaba sentada en el suelo, exhausta y chorreando agua, un espectáculo lamentable.
A pesar de la intensidad de la mirada resentida de Heather, Liam mostró un completo desprecio por su presencia, como si fuera una entidad invisible. Este descarado despido dejó a Caprice en un estado de shock total, luchando por procesar el giro inesperado de los acontecimientos.
En medio de su confusión, un impacto repentino en su cabeza devolvió a Caprice al momento presente.
Para su sorpresa, se dio cuenta de que Liam la había guiado hasta su auto y ahora estaba a su lado con una mirada enigmática y profunda. Instintivamente, Caprice intentó distanciarse, pero el firme agarre de Liam rodeó su cintura, impidiendo cualquier movimiento posterior.
Curioso por su dest