John se acercó a la tía Wanda y se detuvo justo frente a ella. Al mirar al bebé que dormía pacíficamente en sus brazos, una expresión gentil suavizó sus rasgos.
Se volvió hacia la tía Wanda y le ofreció una sonrisa educada.
—¿Supongo que eres Wanda?
La sorpresa de tía Wanda fue evidente.
—¿Cómo lo sabías?
—Soy John, el padre de este niño.
La tía Wanda quedó sorprendida por la revelación.
John dirigió su atención a Ben, casi buscando una confirmación.
A lo lejos, Ben asintió, incapaz de acercarse debido a la presencia de los guardaespaldas.
Las cejas de tía Wanda se fruncieron.
—Tú... ¿qué te trae por aquí? Esta niña pertenece a la señorita Sherry. Ella ha dado a luz y no tienes derecho a llevártela.
John se rio.
—Como si ella existiera sin mí.
La expresión de la tía Wanda se contrajo y se aferró protectoramente al bebé.
John hizo un gesto.
—Tía Wanda, por favor entrégala.
La tía Wanda se mantuvo decidida.
Varios guardaespaldas comenzaron a acercar