Después de que Helmut y su hija hablan sobre estar en un convento, terminamos de desayunar y nos marchamos a prepararnos para disfrutar del primer día de vacaciones que viviremos en familia.
—No entiendo porque no hicimos esto antes— dice Helmut y yo observo al hombre que sonríe mientras disfruta de la vista que el mar nos da.No nos habíamos marchado a otro lugar y sé que todos hemos visto el mar de la isla. Pero, esta vez, lo veía tan mágico que no podía relacionarse. Los niños disfrutan de un tiempo de playa entre ellos y los pocos niños con sus familias que se encuentran disfrutando de la playa.—La vista es hermosa. Ver a nuestros hijos divirtiéndose sin que estén en alguna clase de peligro, es agradable— dice Helmut y yo asiento.—Quizás por eso, es que todo se ve mejor— susurro al comprenderlo.—¿De qué hab