—¿Para qué me trajiste a este lugar?
—Ya te lo dije, para hablar a solas contigo. Sabes, esperé por algunos días y ver si en verdad te ibas a casar, pero no he visto que estés preparándote para casarte. De todos modos quiero saber quién es el padre.
—No te lo diré.
—De todos modos lo voy a saber cuando te cases.
—Pensé que querías matarme para que no me casara.
—No, no te voy a matar, ¿para qué lo haría?
—¿Entonces por qué me trajiste a este lugar? —Alejandro caminó despacio hacia ella como un gato rodeando a un ratón.
—Para hablar, y para saber quién es el hombre con el que supuestamente te vas a casar.
—¿Para matarlo?
—No, solo quiero saberlo.
—¿Cuadro vas a entender que lo nuestro