El viernes en la mañana las muchachas estaban aseando las habitaciones como de costumbre, y Albani entró para limpiar la de Antonella.
—Con permiso señorita Antonella, ¿puedo comenzar a limpiar su habitación?
—Por supuesto, ya casi voy a salir así que puedes empezar. —Antonella estaba mirándose en el espejo de pie, después se fue a al cómoda y sacó sus joyas. Poniéndose los pendientes, miró a la muchacha a través del espejo, ella estaba ordenando la cama, entonces le dijo:
—Albani, ¿es verdad lo que escuché?
—¿A qué se refiere señorita?
—Que Rodrigo y Scarlet están durmiendo en habitaciones separadas.
—Si es cierto, están recién casados y ya andan de malas. Claro, hoy a la señora Elena con su