Luego de escuchar el plan de Andy y comprender que aunque me casara con Emma y no con Nath planear una boda no era sencillo, optamos por empezar a ver los anillos de compromiso.
No prestamos mucha atención en el precio, podía pagar el que fuera.
Oro rojo, blanco, amarillo, plata, zirconita, con zafiros, diamantes, rubíes, etc...
Yo miraba un poco aburrido, eran demasiados y ninguno llamaba mi atención.
Tampoco estaba muy interesado. Andy lo notó.
-¿Podrías fingir que te interesa?
-Me interesa, es sólo que...
Traté de excusarme.
-¿Es sólo que, qué?
-Es sólo que ninguno de ellos llama mi atención, todos se ven iguales para mí y tampoco encuentro uno que vaya con Emma.
-Entiendo.
Disculpe señorita...
Andrea llamó a la dependienta que nos atendía.
-Dígame señorita. ¿Ya eligieron?
-Mmm. No... ¿Tendrá algo más exclusivo? Pero sobrio y sofisticado.
No importa el precio, el señor puede pagarlo...
-Claro... En seguida le muestro nuestra más reciente colección, aún no sale al