POV Emma
Después de acordar con el agente del señor Keller, porque ese es el apellido del hombre que me rentó el lugar para mi pastelería, volví a casa emocionada a hacer una lista de todo lo que necesito comprar para mi pastelería, afortunadamente cuando estudiaba la universidad fui becada por mi buen desempeño y ya que mis padres cubrían mis colegiaturas y demás gastos, ahorré todo ese dinero de mi beca y las mesadas que mi padre me daba y ese dinero es el que utilizaré para comprar lo que necesito y cubrir al menos tres meses de renta de mi local, esperemos que todo vaya bien y pueda recuperar la inversión en un periodo no mayor a un año o estaré en serios problemas económicos y pedirle dinero a mis padres jamás, ellos no están de acuerdo con que abra mi propia pastelería.
Al llegar a casa mi madre estaba esperándome en mi habitación, qué mala costumbre esa de entrar sin permiso, me urge independizarme por completo.
-Hola mamá ¿se puede saber por qué entras a mi habitación sin mi autorización? Te hacen falta límites.
-Soy tu madre Emma y mientras vivas en esta casa no hay límite que yo no pueda cruzar. Cuando tengas tu propia casa podrás poner los límites que quieras y sin duda serán respetados, eso si es que sabes cómo ganarte el respeto de las personas que habiten en ella, aunque con esa apariencia lo dudo. -De nuevo con mi apariencia. ¿Acaso no te cansas? -Ya basta Emma, ya te lo dije soy tu madre y estás en mi casa y puedo hablarte de lo que sea y como yo quiera. ¿Cómo te explico que en esta casa se hace y se dice lo que yo quiera? Si yo quiero hablar de tu gordura todo el día lo haré, si no te gusta tienes dos opciones, adelgaza o cásate y vete. -Ya que no tengo interés en adelgazar, podría irme de una vez. -De ninguna manera Emma, de esta casa no sales si no es del brazo de un hombre de la misma clase social que nosotros. -Entonces me quedaré aquí para siempre, porque obviamente nadie de nuestra clase social se casará con una gorda como yo. -Entonces adelgaza hija, no están difícil. ¿O si? -Lo dices porque nunca has sido gorda y... -¡Basta Emma! Sólo vine a decirte que esta noche cenaremos en casa de unos socios importantes y tienes que venir con nosotros, ellos van a presentarnos a su hijo mayor, su madre espera que él y tú puedan tener una amistad que con el tiempo se convierta en algo más. Sólo espero que cuando te vea no se asuste y salga corriendo, el chico es muy muy guapo, exitoso y muy popular con las mujeres, haz tu mayor esfuerzo por agradarle Emma, aunque es obvio que necesitarás un milagro para gustarle. -Gracias mamá por las palabras. ¿Qué pasa si no quiero ir a ser humillada por ti y tus socios? Porque eso es lo que sucederá cuando me vean entrar con mi grasiento cuerpo. -Vas a ir. Es una orden y como esta es mi casa... -Si, si, si, ya sé, en tu casa se hace lo que tú dices. -Me alegra que lo tengas claro hija. Iré a la empresa, te enviaré un traje apropiado para esta noche, no vayas a dejarnos en vergüenza. -No mamá.Mi mamá si que es fastidiosa, sin tan sólo pudiera tener la facilidad de adelgazar o de largarme de aquí, lo que ocurriera primero, sería la mujer más feliz del mundo.
Por la tarde mi madre me envió un traje sastre que incluía falda, saco y chaleco todos en tono gris, blusa blanca, medias transparentes y un par de ballerinas negras con una nota cariñosa que decía:
**Emma, te envío un par de ballerinas porque con tu peso seguramente romperás los tacones, por favor, no vayas a comer como si estuvieras muerta de hambre durante la cena. Con amor, mamá.**
Vaya que mi madre me ama y mucho, sólo espero que esos socios no sean un fastidio.