POV Adam
Soy Adam Keller tengo 30 años y soy dueño de la mitad de los edificios de esta ciudad, ¿cómo llegué hasta aquí? Con mucho sacrificio y no dejándome enamorar por ninguna falda, las mujeres son peligrosas y el que se enamora de una pierde. Soy apuesto, muy apuesto, un Adonis en su totalidad, mi ego es proporcional a mi éxito, tengo una novia llamada Hielena; sexy, curvilínea, hermosa y hueca, para lo único que sirve es para que sacie mis necesidades más básicas en ella, piensa que algún día nos casaremos, pero está loca, jamás me casaría con una mujer que sólo posee cinco neuronas, una para comer, otra para el sexo, la tercera para ir al baño, una cuarta para comprar y la última para decir estupideces.
No soy la clase de hombre que se casa con una mujer así, tampoco es que mi sueño sea casarme pero estos intensos ojos azules, este cuerpo bien ejercitado músculo por músculo, esta piel suave, estos labios bien definidos y este gran miembro sólo serán para una mujer de talla grande y no me refiero a una gigantesca gorda sino a una mujer grande en toda la extensión de la palabra, inteligente, capaz, autosuficiente, hermosa, sexy, educada, con clase y que hable de cosas más interesantes que moda y maquillaje, ah y que sepa cocinar porque detesto a las mujeres que no saben cocinar y no es por machismo, pero... ¿Qué diablos comen si no cocinan? ¿Acaso viven a pura agua? Mi madre dice que para eso están las cocineras y los chefs de la casa, pero yo quiero una mujer que cocine para mí así cómo yo cocinaré para ella, no estoy pidiendo mucho sólo reciprocidad.
Después de ducharme salí de mi habitación encontrando a la fastidiosa de Hielena todavía en mi cama. Esta mujer sólo se larga cuando le doy mi tarjeta, ya me estoy cansando de ella.
-Amor, acabo de recibir un mensaje de tu madre.
-¿De mi madre? -Si. -¿Qué es lo que dice? -Que me invita esta noche a una cena con unos socios, dice que tú estarás ahí y quiere que yo sea tu acompañante. -¿Mi mamá dijo eso? -Si. -¿Socios? ¿Qué socios? ¿Para qué te necesitan ahí? -No lo sé, supongo que me presentarán oficialmente como tu novia. -¡Ja! Eso es imposible. No te ofendas, pero mi mamá preferiría anunciar que soy novio de un puerco a anunciar que tú y yo tenemos algo. Será mejor que no vayas, tal vez intentará humillarte delante de sus socios. -De ninguna manera, me presentaré y verá que no sólo soy una mujer hermosa, soy una mujer digna de estar a tu lado. -Si tú lo dices, sólo no digas que no te lo advertí, conozco a mi madre y te aseguro que yo no voy a meter las manos por ti en esa cena. -Tranquilo, lo tendré todo bajo control. -Bien, ahora lárgate ya que me voy a vestir para ir a trabajar. -Puedo verte mientras te vistes. -No, seguro intentarás tener sexo otra vez y por si no lo has notado ya son más de las diez, debo ir a trabajar, el dinero no se gana solo. -Está bien...Después de que la molesta de Hielena se marchara me fui a mi empresa, la cual por cierto fundé sin ayuda de mis padres, ellos tienen sus propias empresas, en el camino llamé a mi madre y para mi sorpresa me confirmó no sólo la invitación de Hielena a la cena sino la posible presentación de ésta como mi novia oficial sin ninguna otra intención.
Esto no me gusta para nada. Mamá es demasiado astuta, seguro está tramando algo, debo estar alerta. Porque puedo aceptarle todo menos que se atreva a obligarme a comprometerme con Hielena y sospecho que esta invitación tiene un toque de eso.