-Puede que sea ambiguo pero hay algo que quiero preguntarte y necesito hacerlo mientras caminamos.

-¿Por qué?

-Porque quiero que te sientas libre y no atrapada por mi mirada.

-Ok...

La llevé de la mano hasta mi auto y salimos de ahí, llegamos a la bahía de la ciudad.

-¿Qué hacemos aquí?

-Dijiste que íbamos por una ensalada...

-Si, pero una de mariscos, ven, sígueme.

Como Emma no se movía la tomé de la mano y entrelacé mis dedos con los suyos.

-¿Qué haces?

Se asustó en intentó zafarse pero no lo logró.

-Sólo te tomo de la mano Emma.

Eres mi prometida, no hay porque asustarse, es natural.

-Pero... Si la gente nos ve... Van a...

-Shhh.

Puse un dedo en su boca para silenciarla.

-¿Van a qué, Emma?

¿A hablar?

Eso no importa, vamos a casarnos en un mes, entonces también hablarán, dirán que somos esposos.

-Pero...

-Nada de peros Emma.

Sígueme. ¡Oh!

-¿Qué pasa?

-Hay que quitarnos los zapatos Emma.

-Ok.

Pude sentir sus nervios. Definitivamente Emma es inocente de todo lo que se le acusa.

Despu