El desgaste emocional de mi encuentro con Leonel es de tal magnitud que todavía me tiene débil. Estamos en nuestra habitación, él buscando en el closet ropa para dormir y yo solo acostada con la misma ropa que he llevado todo el día. Después de nuestra pelea me pidió que nos marcháramos del edificio, y llegamos a la casa de los Brown.
—¿Te ducharás primero tú? — me cuestiona sacando la pijama que él se pondrá.
No tenía ganas de ducharme, ni de levantarme, a duras penas me había quitado los zapatos para no ensuciar la cama. Me remuevo en esta y abrazo una de las almohadas.
—Quiero dormir así — digo bajamente.
—¿No vas a cenar?
Niego con mi cabeza, ni le hablo en realidad.
—Es temprano… — aporta este.
No le contesto otra vez, no por molestia o resentimiento, habíamos hecho un trato. Era solo que estaba agotada y sin energías, lo único que tenía era ganas de que este día se acabara. Leonel no está en mi misma sintonía, lo escucho abrir y cerrar puertas con compulsión, pasar un rato de si