Él se preparó para hablar, para decirle algo importante, pero los gritos de Paula les obligaron a bajar a toda prisa por las escaleras.
—¡Margarita! —gritó la mujer y la pareja de recién casados corrió al primer piso de la planta para reunirse con su amiga—. Tenemos un problema —dijo firme y miró a Lucca con timidez—. Bueno, dos problemas —confirmó después, toda nerviosa y se tocó los dedos de la misma forma.
Margarita se rio. Después de que su bochornoso video se filtrara, ya nada le parecía un problema. Había aprendido a ver la vida con ligereza.
—Nada podría ser peor que el video nopor —dijo divertida.
—Raúl está aquí —soltó Paula y a Margarita se le acabó la risa.
Se puso pálida, también Lucca, quien notó el cambio en su esposa.
Se sintió incómodo.
—¿Por qué? —preguntó Margarita y quiso llorar cuando recordó la traición.
—Yo lo atenderé —dijo Lucca con firmeza y las amigas el miraron sorprendidas—. Si quieres hacerlo tú, no tengo problema, pero…
—¡No! —gritó Margarita con temor y