– ¿Amor que haces? – se resistió a mi escrutinio tranquilamente.
– Ethan tenías una herida – alegue, y él me sonrió
– Estoy bien Chloe – esquivo mi mirada unos segundos y luego se levantó – Espera – camino hasta las gruesas cortinas a mi izquierda abriéndolas por completo revelando el espacio tras ellas y un futón café oscuro en el que dormían mi hermana y mi pequeño.
– Dylan, Miriam despierten – los mueve suavemente – despierten – les repitió, Dylan fue el primero en reaccionar
– ¿Qué pasa? – lo escuche aun adormilado, Ethan lo alzo en sus brazos sacándolo del futón, para traerlo frente a mi mientras refregaba sus ojitos. – ¿Mami? – mi pequeño hizo un tierno puchero y pude ver como sus ojitos se enrojecen volvié