-¿Quieres? – le pregunto Rebeca cuando se metía su tercer bocado de comida a la boca.
-No. Sabes que no necesitó comer, pero si que necesito de ti, de tus besos – y sin más Úrsula beso a Rebeca en los labios, probo de su boca lo que le ofrecía en el tenedor.-Fresas con chocolate – dijo Úrsula cuándo se apartó de Rebeca quién se puso roja como tómate – me gusta.-¿Alguna vez me miraste desnuda? – le pregunto Rebeca cuando casi terminaba de comer.-Si, cuándo lo hicimos por primera vez.-Me refiero a que si lo hiciste a escondidas.-No, eso jamás – dijo mirándola a los ojos – siempre te he respetado Rebeca y siempre lo haré – Rebeca sonrió al ver el rostro de seriedad de Úrsula.-Te creó – y le dio unas palmaditas a la delegada y delicada mano de Úrsula que estaba sentada junto a ella – si yo hubiese tenido la oportunidad de verte, lo hubiera hecho – y se carcajeo.-Ya veo por qué me lo preguntaste. Si, creo que tú no lo hubieras dudado ni un momento.Ma