—Buenos días para ti también, bebé—dice él, con su voz impregnada de esa ligera diversión que tanto la irrita y atrae al mismo tiempo—. Pensé en invitarte a cenar esta noche, si no tienes planes, Hades y Elena están ocupados con un proyecto y no quiero ser el atrabanco entre ellos. No tengo ganas de cenar solo.
—Ya te dije que no estoy interesada —responde ella rápidamente, intentando sonar firme.
—¿No lo estás? —replica Amir, y aunque no puede verlo, Victoria sabe que está sonriendo al otro lado de la línea—. Entonces, ¿por qué no colgaste en cuanto escuchaste mi voz?
Victoria aprieta los dientes, tratando de no dejarse afectar.
—Estoy ocupada, Amir. Si no tienes nada importante que decir, voy a colgar.
—Oh, tengo algo importante que decirte —dice él, con su tono volviéndose un poco más serio—. Pero prefiero hacerlo en persona. ¿Qué tal si nos encontramos esta noche?
Victoria duda, su mente recordando el sueño de la noche anterior. La sola idea de estar cerca de Amir la hace sentir v