Narrador:
Ver a la pequeña familia reunida esperando a su primer hijo, a pesar de haber vivido muchas dificultades que hasta hoy han superado, fue el mejor de los espectáculos para quienes han vivido con ellos de cerca el amor y la tristeza.
Con un aplauso emotivo, uno a uno ingresaron a la habitación de Helena: Timothy y Elizabeth, padres de Thomas; Emily y Derek, acompañados de Victoria, a quien llevaban de lado a lado como una pequeña niña; Robert de la mano con Rafaela; y el solitario Axel junto a la tierna anciana Carmelita. Todos aplaudían con alegría. Entre risas y lágrimas, Thomas agradeció a todos por su ayuda y por cuidar tan bien de Helena.
Con impensable gratitud, miró a Robert.
—Gracias, Robert, por salvar la vida de mi bebé. No le pondremos tu nombre, pero te has ganado el derecho a ser llamado tío —dijo con humor.
Todos rieron con alegría.
—¡qué mal! —respondió Robert, fingiendo pena.
—El mundo necesita otro Robert, tan atractivo como yo— dijo con t