A un lado, Daniel que había escuchado también se detuvo involuntariamente, frunciendo los labios.

Porque él conocía muy bien el peligro de este polvo químico, era un arma de asesinato invisible popular en el extranjero, que principalmente paralizaba y destruía los nervios cerebrales.

Después de inhalarlo, una persona podía morir sin dolor directamente.

Pero según lo que él sabía, en el país casi no existía este tipo de cosa, después de todo estaba muy estrictamente controlado.

—No necesita acompañarme, ustedes están ocupados, puedo bajar solo —le dijo Daniel al mayordomo.

Pero ¿cómo iba el mayordomo a dejar que un huésped se fuera solo? El haber contestado el teléfono era solo porque la llamada de la policía parecía bastante urgente.

Acompañó a la persona hasta afuera del hospital, vio a Daniel subir al carro y alejarse, y solo entonces se dio la vuelta.

En el carro, en el asiento trasero, Daniel pensaba en lo que acababa de pasar. Aunque él no tenía ninguna relación con esa Marisela,