Cuando parecía que la presentación había terminado, los asistentes notaron que había una diapositiva más.
Al ver la imagen, todos quedaron momentáneamente perplejos. Era... ¿un acuerdo de divorcio?
¿Era necesario mostrar algo así en una presentación personal? Marisela realmente no los trataba como extraños.
—La semana pasada trabajé hasta las diez y mi conversación telefónica fue grabada. Supongo que muchos ya la han escuchado —comenzó Marisela.
Los presentes intercambiaron miradas incómodas, como si hubieran sido sorprendidos cotilleando frente a la protagonista del chisme.
—En estos días, alguien ha denunciado a recursos humanos que falsifiqué mi estado civil en el currículum. Quiero aclarar que no fue una falsificación, sino una imprecisión en los términos —continuó Marisela.
Al oír esto, todos se sorprendieron, mirándose unos a otros con ojos muy abiertos.
¿Alguien había denunciado a Marisela? ¿Quién tendría tal osadía?
Más allá de que el estado civil de alguien era un asunto perso