Capítulo 464
—¿Y por qué debería cortarte el sándwich? —replicó Celeste, aún más desconcertada.

—Ese día en el auto me lastimaste más el brazo. —Samuel señaló su brazo en cabestrillo—. Si no te hubiera sujetado a tiempo, te habrías golpeado la cabeza y probablemente te habrías roto el cuello.

Lo que implícitamente significaba: «Te salvé, así que ahora deberías ayudarme.»

En otras palabras: «¿Cortarme el sándwich te parece demasiado? ¿No deberías cuidarme un poco más?»

—¿Quién corta un sándwich para comerlo? Puedes usar la mano que no tienes rota y comértelo así —le contestó Celeste, sin mostrar ningún interés.

—Yo como sándwiches cortándolos con cuchillo —dijo Samuel con la misma seriedad de antes.

—No lo voy a cortar. Cómelo como quieras —respondió ella, empujándole de vuelta el plato.

«Estos hijos de ricos y sus caprichos…» pensó Celeste, sin querer prestarle más atención.

En ese momento, la empleada le trajo un desayuno delicado y apetitoso. Celeste tomó su taza de leche y bebió un sorbo antes d
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