—De acuerdo, nos veremos en veinte minutos —le respondió.
Después de decir eso, Celeste colgó el teléfono y se levantó para dirigirse a la puerta.
***
El edificio del Grupo Morales.
En la oficina del vicepresidente, Jacob estaba sentado detrás de su escritorio. Vestido un suéter blanco y pantalones grises casuales, tenía la cabeza ligeramente inclinada, con algunos mechones de cabello sueltos sobre su frente, emanando un aura suave.
Dejó el teléfono a un lado y, con sus hermosos dedos bien definidos, tomó un bolígrafo en su mano y firmó con una elegante caligrafía en los documentos abiertos frente a él. Luego, cerró los documentos y se los entregó al asistente que esperaba a un lado.
—Lleva estos documentos al departamento de finanzas y asegúrate de que el pago al Grupo Montes se realice hoy mismo —le ordenó.
El asistente, escuchando sus instrucciones, le respondió con respeto:
—Sí, señor.
Jacob, a pesar de su juventud, nunca antes había trabajado en la empresa. Acaba de ser ascendido