-¡Vamos hija! ¡Tú serás escogida, yo sé que así será!- Grita Jesús mientras ve que se acercan a María Angélica con el balón, lo patean y la pequeña lo tapa con sus manos extendidas.- ¡Eso es!-
-¡Tú puedes!- La anima también y aplaude para luego sentarse de nuevo y seguir viendo el juego.
María Angélica recoge el balón y lo despeja fuertemente fuera de su arco, dejándolo libre de cualquier peligro y las compañeras se lo llevaban lejos empezando a atacar a la portera rival y le anotan un gol. Luego, la pequeña se pone a celebrar en el arco como si el gol hubiera sido de ella y sus padres se ríen.
Termina el primer tiempo y los niños van donde sus padres para poder tomar agua o cualquier hidratación que les hayan podido traer. Mientras, María Angélica en sudor, pregunta a su mamá:
-Mami, ¿Cómo lo estoy haciendo?-
-Lo haces excelente, mi amor.- Le limpia el sudor y deja que beba agua para luego limpiarla de nuevo y la abraza de forma suave. -Estás genial y estoy segura de que te elegirán.