Kieran no apartó ni un momento la mirada de aquel macho mientras se acercaba lentamente hasta él.
Aisha, por el contrario, no podía dejar de ver al hijo del Alfa Kian. Sus movimientos eran calculados, pero al mismo tiempo parecía relajado, cada paso quedaba insinuaba el poder, el magnetismo y la fuerza que emanaba inconscientemente. Ella se mordió el labio inferior, sintiendo un extraño sentimiento arremolinándose en su vientre.
—Muéstrame lo que has aprendido aquí, espero que no sea estar detrás de las hembras —Dijo el macho con voz lenta y peligrosa.
El lobo más joven no pude evitarte pensarse, teniendo que el Alfa pudiera joderlo.
Él sabía bien, lo peligroso que podía llegar a ser un híbrido como Kieran. Más aún cuando sabía sobre los poderes que él tenía.
Kieran por su parte estaba tratando de mantener su cabeza fría, pero la furia dentro de él estaba en encargándose. No querías admitirlo, pero dentro de él sabía que aquel reto no era para ver en qué posición estaba el macho dentr