- “Cállate bruja pervertida y lujuriosa, ya tengo suficiente con ese idiota”- le dije furiosa.
Cuando, con una sonrisa, el Alfa me abrió la puerta, ya estaba más que prepara para ignorarlo. Iba utilizar esta sensación de sentirme burlada cono método para enfurecerme, así que literalmente salí del