POV: Dante
La ciudad huele distinto de noche.
Desde el último piso de Noir Tower, Nova Lyra parece tranquila: luces, lluvia, autos tardíos. Si abro la ventana, la versión real llega en una sola bocanada.
Y, debajo de todo, el olor antiguo de los nuestros.
No abro la ventana.
El ascensor se detiene. La puerta se abre a una sala amplia, sin ventanas, iluminada con luz cálida. Mesa larga, paredes insonorizadas, olor a madera y a lobo.
Sebastián ya está ahí.
Se pone de pie cuando entro, gesto automático. No se relaja hasta que cierro la puerta.
—Alfa —saluda.
Asiento.
—Siéntate —digo.
Lo hace. Deja sobre la mesa una carpeta gruesa y una tablet.
—Traje lo que pidió sobre Seraphim y el programa de becas —dice—. Y algo más.
Tomo asiento frente a él.
—Empieza por lo básico —pido—. Quiero oírlo de tu boca, no de un informe.
Pasa la lengua por los labios, una manía que tiene cuando los datos no le gustan.
—Seraphim se creó como proyecto mixto —empieza—. Humanitario en la superficie, con uso est