Eda
-tu limosina ha llegado- escucho a Rubí decir aquello y no entiendo de lo que está hablando, estoy por largarme de ese lugar e irme a la cocina
-detente- escucho a Luiss, volteo a verlo, me fijo es su aspecto su rostro está completamente golpeado, usa muletas y tiene una venda en la cabeza, viéndolo así me recuerda a las caricaturas
-a mi oficina- se va del lugar
Todos siguen reunidos en ese lugar y yo me voy a la cocina, tengo hambre y me importa poco que Luiss se enoje.
Preparo un delicioso cereal con leche porque por lo que veo no han hecho las compras, me dirijo a la oficina de Luiss no antes sin detenerme un poco y recordar lo que sucedió en este preciso lugar
Entro sin más, sin tocar la puerta
Veo a un hombre parado y creo haberlo visto en algún lugar, pero no lo recuerdo
-siéntate- sigo con mi cereal en manos y por una vez en mi vida hago lo que dice Luiss sin renegar
-mucho gusto preciosa- me extiende la mano, solamente la miro y le doy la sonrisa más falsa que tengo, al