Héctor
Llega bastante rápido, se desviste y viene a hacerme una felación.
Pero no consigo ponerme duro, ella hace todo lo posible para que mi aparato se levante, pero nada funciona. Enojado, la abofeteo para que haga mejor su trabajo.
- Maldición, ¿ya no sabes hacer tu trabajo? ¿ Para qué te pago a fin de mes?
Le doy varias bofetadas, mis golpes la proyectan al suelo donde se queda tirada llorando.
Me vuelvo a poner los pantalones y le doy patadas.
- Se lo suplico, no es mi culpa, no me haga daño.
- Entonces, ¿es mi culpa?
Sigo golpeándola, es mi maldita culpa.
- No, señor, perdóneme señor, le juro que la próxima vez lo haré mejor.
- Bueno, que sepas que no habrá una próxima vez, tu carrera termina aquí, hoy.
- Yo le.....
No la dejo terminar la frase, saco mi arma y disparo varias veces, se derrumba, inerte.
Hizo mal su trabajo, por eso no pude disfrutar, merece la muerte, esa muerte ha sido demasiado dulce, merecía morir en atroces sufrimientos, maldita sea.
Llamo para que vengan a d