TARA
Miro a este bello desconocido, debe ser el primer hijo del sanguinario, ¡es tan guapo! ¿Qué edad le daría?
Es mucho mayor que mis hermanos, debe estar en sus treinta. Hum... es tan viril. Me acerco a él y lo contemplo más de cerca, ¡Señor! ¡Lo quiero, lo quiero! ¡Dios mío! ¡Es la belleza! Los dioses se tomaron un tiempo increíble para esculpirlo, ¡mierda! Mi corazón late con fuerza, es la primera vez que me pasa. Ningún hombre ha tenido este efecto en mí. Hago como si saludara de nuevo a tía Apryl. Desde hace años, ella asiste a los eventos, pero no su marido, no sé por qué. Espero que algún día vea a mi futuro suegro, porque este hombre me pertenecería.
- Buenas noches, tía Apryl.
- Buenas noches, cariño, disculpa si no puedo diferenciarte de tu hermana. ¿Eres Tara o Sarah?
- Soy Tara.
- Ah... eres tú, Tara, se parecen mucho.
- Sí, es cierto, pero por otro lado, también somos muy diferentes.
- No se nota.
- ¿Me presentas a tus hijos?
Veo que la mirada del mayor de los chicos se