GIANNA
—Es cierto, no quería ser Rey, nunca lo he querido; sin embargo, no odio a las personas de mi país tanto como para dejar a cargo a alguien que sé que puede echar a perder, no solo mi arduo trabajo, sino el de mi padre, de mi abuelo y de todas las personas que lograron la independencia y la paz en Hiraeth. Llámalo lavado cerebral, pero no pero no puedo permitirlo.
Solté un respingo y ladeé la cabeza.
—La verdad es que no te entiendo para nada.
Él dejó salir una risilla traviesa y alzó nuestras manos. Se adelantó un poco y besó por sobre mis nudillos.
—Nací con un deber que no sé si detesto, porque nunca se me dio la oportunidad de saborearlo, solo me lo lanzaron encima y salieron a la carrera. —De nuevo se rio y resopló mientras volvía a su pose normal—. Pero también quiero hacer otras cosas en mi vida, y podré hacerlas con un poco de ayuda; sin embargo… primero debo asegurarme de que todo esté bien.
—¿Hablas de lo que pasó con Peter? ¿Todavía no se sabe nada de eso?
Vik negó co