Por Macarena
Nosotros fuimos a otro restaurante, muy lujoso, pero no era un evento.
Entramos a un vip, cuando le pregunté qué hacíamos ahí, me dijo que tenía hambre y que en el evento no podía comer tranquilo, porque se la pasaba hablando y eso es verdad, parece que todo el mundo habla más de lo que come y toma más de lo que habla.
A Franco nunca lo vi tomar demasiado.
Nos acomodamos en un vip, que tenía hasta un balcón privado con sillones y la mesa dentro del lugar, había plantas hermosas y una decoración digna de un palacio, ni sé cuánto sale comer en un lugar así, porque la carta no tiene los precios.
-¿Te gusta el lugar?
-Sí, mucho, debe ser carísimo.
Se encogió de hombros.
-Lo más difícil, es encontrar reservación.
-¿Cómo hiciste para lograr la reservación?
-Soy amigo de Tony, que es uno de los dueños, éste es el vip privado de ellos, solo lo habilitan si hablan él o su hermano.
Me guiña un ojo, no entiendo porque tantas molestias si nos tenemos que ir a otro lugar.
Nos sirviero