Me prometí que no iba a volver a caer en la trampa, pero soy muy débil. Las feromonas están en mi contra y es por ello, que sucumbo a este tipo de tentaciones. Así que, aunque prometí marcharme a mi manada e intentar encontrar otra solución, ahora me encuentro en los brazos del rey alfa que tanto disfruta estar en mi interior.
— Dime algo, Antonella, ¿Ya no soy el rey de los precoces? — pregunta él y yo me avergüenzo completamente porque sé que fue uno de los pensamientos que tuve la primera vez que estuvimos juntos.— ¿Por qué no me dijiste que podías leer mis pensamientos?— Se supone que eso es una información de todos saben. Aunque la conexión no es igual cuando uno está teniendo relaciones sexuales a cuando uno ha sido marcado, evidentemente se puede leer la mente. — explica Edmond.‘Debí haberme esforzado e