- Objeción… - el rubio se colocó de pie con sus manos hechas puño.
- ¡Señor Fernando cállese! una más y lo regresó a prisión, porque usted no puede objetar porque no es un abogado – le regaño el juez.
- … - Federico se sentía acorralado y lo odiaba, porque para empeorar las cosas ese pendejo que ten