BRIELLE

En el pasillo, estaba trapeando el piso como Argon me había ordenado.

Era uno de los lugares más difíciles y más desesperantes de limpiar en toda la mansión.

Me dio la tarea de trapear sin dejar una sola mancha, amenazando con castigarme si encontraba alguna suciedad.

El piso estaba decorado con baldosas marrones, haciéndome preguntarme cómo pensaba saber si estaba sucio o no.

Mientras limpiaba, escuché risas detrás de mí. Me detuve para ver quién era, solo para encontrar a Estelle y a su padre, el Alfa Deron, entrando a la mansión.

El Alfa Deron, Alfa de la manada Red Wood y un empresario adinerado, reía mientras hablaba, sosteniendo a su hija del brazo.

“Estoy tan feliz por ti, hija mía. Por fin estarás con el hombre que siempre has querido,” dijo alegremente a su hija.

Estelle sonrojó de felicidad, agradeciéndole a su padre por sus palabras.

“¿Cuándo se casarán ustedes dos?”

“¡Padre, relájate! De verdad no puedes esperar, ¿eh?” Estelle se rió.

“Estoy muy emocionado, cariño. Mi hija se casará con su verdadero compañero. Quiero que el mundo entero lo vea con sus propios ojos,” declaró lleno de alegría, haciendo que su hija se riera de él.

Cuando ambos me vieron limpiando, su humor cambió.

Se veían disgustados.

“¿No es esa el recipiente vacío del que Argon dijo que se divorciaría?” susurró el Alfa Deron a su hija.

“Sí, es ella.”

“¿Por qué sigue aquí? ¿Acaso Argon no la echó ya?” Susurraban entre ellos, sin saber que podía escucharlos.

Actué como si estuviera trabajando, escuchando sus conversaciones mientras hablaban.

“Ella le rogó a Argon que la dejara quedarse tres meses para cumplir la última petición del difunto Alfa. Ahora es una sirvienta,” Estelle se rió.

El Alfa Deron se rió junto con su hija, burlándose de mí. “Una mujer inútil. Menos mal que perdió ese bebé. Quién sabe qué problemas habría traído para ti y tu esposo.”

“Sí, menos mal,” Estelle coincidió.

Al escuchar lo que dijeron, apreté la mopa con fuerza. Podía sentir a Bane gruñendo dentro de mí, queriendo salir y darles a esos dos una marca que nunca olvidarían.

Pero no ahora.

“¡Bienvenidos!” se escuchó la voz de Argon.

Tuve que actuar como si no lo hubiera visto venir, pero continué trabajando.

“Bienvenido, Alfa Deron. Es un placer recibirlo aquí.”

“Lo mismo digo, mi futuro yerno.”

Se dieron la mano con alegría.

Argon escoltó a Estelle y al Alfa Deron a la sala, después de primero afirmar su dominio sobre mí.

“Si regreso y te encuentro limpiando este mismo lugar, lo lamentarás,” dijo con enojo, luciéndose frente al Alfa Deron.

Y eso alegró al hombre mayor.

Incluso ordenó que preparara bebidas para sus invitados, lo cual obedecí.

Cuando entré a la sala con el jugo, los encontré riendo y hablando de planes de boda.

“Espero que mi hija aún tenga tiempo para su carrera. Sabes que es una supermodelo, sus fans querrán verla en la pasarela después de que se case,” dijo el Alfa Deron a Argon.

Argon rió y tranquilizó al Alfa Deron, asegurándole que permitiría que Estelle continuara con su carrera.

“Ella es una modelo. No puedo detener su sueño. Es querida por todos,” dijo, elogiando a Estelle.

Estelle se sonrojó, escondiéndose en el abrazo de su padre.

“Eso es maravilloso. No puedo esperar a que ustedes dos se casen. Cuando dos grandes Alfas se unen, su poder es imparable.”

El Alfa Deron y Argon rieron juntos.

Entré con las bebidas, acercándome a sus asientos para servirlos.

Justo cuando estaba por entregarle el jugo al Alfa Deron, algo golpeó mi pie, haciendo que toda la bebida se derramara sobre él.

El hombre mayor gritó con enojo, tratando de limpiarse el jugo del cuerpo.

Me quedé impactada al verlo empapado, antes de mirar mi pie para ver qué lo había causado. Entonces me di cuenta de que fue la pierna de Estelle la que me hizo tropezar. ¡Ella había puesto su pie a propósito para que yo cayera!

Sus ojos brillaron de emoción, inmediatamente tomando el papel de hija preocupada.

“¡Padre!” gritó.

“¡Alfa Deron!” Argon entró en pánico, poniéndose de pie y tratando de ayudarlo.

Pero Deron no lo permitió. Apartó la mano de Argon de un manotazo, gritando, “¡Estoy empapado! ¡Mira mi cuerpo!”

“Alfa Deron, lo siento mucho,” Argon seguía disculpándose.

La mirada del hombre mayor se posó en mí, haciéndome sentir un escalofrío.

“No fui yo. Yo no…”

“¡Silencio! ¡Mujer sinvergüenza!” gritó, negándose a dejarme hablar en mi defensa.

Como él no iba a bajar la voz, yo solo bajé la cabeza, sintiéndome irritada.

“No veo por qué sigues manteniendo a esta mujer, Alfa Argon. ¡¿Cómo vas a hacer feliz a mi hija con esta mujer cerca de ti?!” estalló contra Argon, saliendo furioso de la habitación.

Estelle fingió un llanto, siguiendo a su padre.

“¡Alfa Deron, por favor!” Argon intentó ir tras ellos, pero ya se habían ido.

De pronto, vino hacia mí furioso y me agarró del brazo.

“Argon, yo no hice nada. Yo…”

¡WHAM! La mano de Argon cayó sobre mi mejilla con una fuerte bofetada, haciendo que cayera al suelo.

Apenas mi cuerpo tocó el piso, sentí mis ojos cambiar y mi cuerpo temblar. Miré mi mano y vi mis uñas empezando a crecer.

“¡Bane!” la llamé internamente, sintiendo su ira.

“¿Para esto decidiste quedarte? ¡¿Quieres arruinar mi boda antes del gran día, eh?!” Argon gritó.

Seguía gritándome mientras yo intentaba controlar a mi loba. Ella estaba furiosa y quería salir.

“¡Déjame salir, Brielle!”

“Bane,” gruñí, luchando por retenerla. “Esto no es parte del plan. Si das este paso, ¡podríamos arruinarlo todo!”

Después de un rato luchando, logré mantenerla contenida. Finalmente se calmó, escuchando mi voz.

“¡Guardias!” gritó Argon.

Dos guardias acudieron a su llamado. “¿Sí, Alfa?”

“¡Llévenla a su cuarto y enciérrenla! ¡No se le dará comida ni agua hasta que aprenda su lección! ¡Sáquenla de mi vista!” dictó mi castigo.

Sin demora, los guardias me levantaron del piso y me arrastraron como a una criminal.