POV Agatha:
Las puertas automáticas del Hospital St. Jude's se abrieron con un silencioso siseo, dejándonos entrar en el familiar frío del aire acondicionado, teñido del inevitable olor a antiséptico y limpiador de suelos.
A mi lado, Charles irradiaba un entusiasmo casi desconcertante, un marcado contraste con el nudo de aprensión que se apretaba en mi estómago.
—¿Lista, cariño? —Me puso una mano en la parte baja de la espalda, un gesto posesivo que se había vuelto inquietantemente frecuente—. Aldo se pondrá contentísimo de verte tan bien. Y de oír nuestra noticia, claro.
—Charles, hablamos de esto —empecé, intentando mantener la voz baja, uniforme—. No creo qu