POV Agatha:
Las paredes de la sala de juntas parecían girar a mi alrededor, las voces de los miembros de la junta desvaneciéndose en un zumbido distante y apagado. Me agarré al borde de la mesa, mis nudillos se pusieron blancos, mi cuerpo se tambaleaba precariamente.
—Señorita De Rossi, ¿se encuentra bien? —la voz de Sarah, aguda por la preocupación, cortó la niebla en mi cerebro.
—Yo... solo necesito un momento —tartamudeé, mi voz un susurro tembloroso, mi mano subiendo a mi frente, tratando de estabilizarme, de rechazar la ola de mareo que amenazaba con sobrepasarme.
Pero fue inútil. La habitación se inclinó, los rostros alrededor de la mesa se difuminaron, el suelo se precipitó a mi