Morgan entonces se le acerco aún más, colocando las manos en torno a su cintura para apretarla a su cuerpo íntimamente. Podía sentir como una de sus manos pronto comenzó a bajar por su trasero, en tanto que su rostro se acercó sin demora hacia su cuello. Su aliento a alcohol y tabaco pronto le invadió, haciéndole sentir un tanto mareada.
Solo un momento después comenzó a besarla, sus labios húmedos y pegajosos recorrían su piel; haciéndole sentir profundamente asqueada. La sola idea de que continuar tocándole le hacía sentir sucia y desesperada, no podía dejar que continuara tocándola ni un solo segundo más.
Levanto entonces la vista hacia el otro lado del cuarto, justo donde se encontraba Thomas. Este no había hecho ni el menor intento de levantarse de la mesa o de intervenir, eso lo tenía más que en claro.
 —No me hagas esto, te lo imploro. Ayúdame —le rogo encarecidamente, esperando que se apiadara de ella de cualquier modo.
Infortunadamente, este no atendió a sus suplicas y perma