Introdujo un dedo en la suave mezcla agradándole la textura.
-Abre la boca- le dijo casi ronco.
Nefer obedeció y Anubis hipnotizado introdujo el dedo embarrado de chocolate. Ella cerró sus labios y saboreó tanto el dulce como el dedo del hombre, con la lengua recorriéndolo completamente.
Anubis sacó el dedo suavemente sintiendo la textura de los labios para llevarlo después a los suyos. Los restos de chocolate, más la saliva de Nefer fue una bomba que lo hizo temblar y estar tan duro que el roce del material de su pantalón le dolió.
-Ábreme la camisa- su voz sonó gutural, llena de excitación.
Nefer comenzó a desabotonar cada uno de los botones con dificultad. A ella también le costaba trabajo enfocarse y sus dedos como gelatina no ayudaban. Esa voz ronca y aunque le daba órdenes era excitante. Los últimos dos necesito sacar la camisa del cinturón para abrirla completamente dejando a la vista el pecho amplio, definido y el abdomen cuadriculado del hombre