PUNTO DE VISTA DE HELENA

No es muy habitual que la primera charla de sexualidad que tienes con tu madre sea a los dieciocho años, pero, bueno… las cosas se habían dado de ese modo.

Ahora, después de hablar con Ayla, estaba enterada de las implicancias de mi situación, soy una loba en edad fértil, que ha encontrado a su pareja dada por la diosa y que aún no ha sido marcada, en consecuencia: Estoy en riesgo de vivir mi primer celo en cualquier momento. ¿Qué es el celo? Pues es la forma más rústica de los lobos para conseguir nuestra preservación a través de la reproducción. Como aún mi pareja no me ha marcado, mi cuerpo de loba entra en un estado de alerta, en el que busca métodos para lograr una correcta fecundación, a través de un período de “calor sexual”, en el que todos los lobos solteros se sentirán atraídos por mi olor y querrán aparearse conmigo.

Aquella revelación me pareció de lo más asquerosa y vil. ¿De qué modo podría convertirme en una loba Alfa empoderada y segura de mi