XXIV

PUNTO DE VISTA DE HELENA

Podría jurar que intenté buscar a alguien más en mi mente para que fuese mi constante, sin embargo, al cerrar los ojos, solo podía pensar en él.

Como Vania me había enseñado, me encerré en una burbuja de agua que formé con mis manos, me senté con mis rodillas dobladas y cerré mis ojos. Mi mente viajó hasta el momento en que Ethan partió su entrenamiento ofensivo en el campo C. Era muy pequeño, de unos diez años, aun así, destacaba por su destreza y rapidez.

Me acerqué al pequeño Ethan que me miró con sus bellos ojos muy abiertos.

- ¿Cómo estás? - le dije con una sonrisa.

- Perdón… creo que no te he visto antes… - me dijo.

- Mi nombre es Helena… ¿Puedes ayudarme a entrenar? Veo que eres muy bueno y yo, a decir verdad, soy pésima.

El pequeño lobezno rió ante mi confesión. Asintió y entrenamos toda aquella tarde. Sentía la tranquilidad de que, pasara lo que pasara allí, nada se vería reflejado en el presente: aquello que estaba proyectando era, únicamente, pa
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