"Espera un minuto, Addy. Te llevaré en cuanto termine de fregar los platos".
Duke tenía puesto un delantal. Puso los platos vacíos en el fregadero y los lavó.
Adina se sentó a la mesa del comedor, sosteniendo su cara entre sus manos. Miró al hombre con admiración.
Tenía los dedos finos y la espalda ancha y robusta. Era alto. Quería pasar una noche romántica con él.
Después de la mudanza, apenas podían pasar momentos apasionados juntos. Dormían en habitaciones separadas. Ni siquiera se atrevían a besarse. Como mucho, se abrazaban.
Tenían miedo. Especialmente Adina. Tenían miedo de activar el biochip como ocurrió en ocasiones anteriores.
Duke se dio la vuelta y se encontró con su mirada. Sonrió satisfecho. "No me mires así. Si no te conociera, pensaría que quieres algo más".
Adina se sonrojó y apartó rápidamente la mirada.
Duke ya se esforzaba por controlarse. Si ella lo seguía mirando así, podría perder el control y ceder a sus deseos.
Duke condujo el coche y Adina se sentó en